Una treintena de vecinos ha participado en una reunión promovida por Tarba Energía para informar de los detalles del proyecto de exploración de gas en areniscas El Tesorillo. La empresa ha explicado que en los próximos meses afrontará una primera fase exploratoria consistente en estudios medioambientales y geológicos seguidos de una campaña de geofísica mediante sistema audio magneto telúrico, y si se localiza el gas, y una vez que se determine la viabilidad y rentabilidad de su aprovechamiento, recurrirá a los métodos convencionales para su explotación, y en ningún caso al fracking. En la reunión también participó el alcalde de Tarifa, Francisco Ruiz.
Los vecinos manifestaron sus dudas ante el método de exploración que se usará en el proyecto, a lo que Carlos Venturini, director de exploración del proyecto, respondió explicando que “no se usará fracking, sino el método convencional de exploración en areniscas, el mismo que se viene utilizando desde los años sesenta en el Valle de Guadalquivir y otras zonas de España, ya que la naturaleza del subsuelo, arenisca y no arcilla, es la óptima para realizar con éxito la extracción del gas”
Los vecinos también mostraron su preocupación por el posible riesgo de movimientos sísmicos. En este caso, la empresa confirmó que el riesgo de sismicidad inducida es inexistente, dada la escasa profundidad de perforación del pozo (2.000 metros), frente a la elevadísima profundidad en la que se encuentran las fallas tectónicas (treinta kilómetros), por lo que es imposible que entren en colisión con alguna de estas fallas, que son las que pueden generan movimientos sísmicos.
Otra de las inquietudes de los vecinos de El Almarchal giró en torno a la repercusión económica del proyecto en la zona, a lo que Venturini respondió explicando que “va a poner en valor la comarca, y repercutirá especialmente en la economía de los vecinos de El Almarchal, Tarifa y Barbate. En concreto se involucrarán empresas de movimiento de tierras, camiones para transportar suministros, canteras para la compra de áridos, suministros para el personal técnicos, alojamiento, servicios de catering y, además, los correspondientes impuestos locales y autonómicos. Se estima un porcentaje de alrededor del 15% de la inversión total”