Se requieren entre cincuenta y cien días para perforar un pozo promedio, durante el cual su instalación estará a la vista de los vecinos y transeúntes. Después de esto, el equipo se retira totalmente del sitio, los pozos se colocan en modo de producción y se instala un equipo de procesamiento de gas de bajo perfil. En este punto, el sitio normalmente luce como una subestación de electricidad. La productividad del pozo determinará por cuánto tiempo estará operativo, después de lo cual se eliminará toda la infraestructura y se restaurará por completo la tierra a su uso anterior.